30 noviembre 2009

Un zaragozano que dio la vuelta al mundo 11 veces

Como veo que os gustan lo que hacemos los zaragozanos aqui os dejo a otro llamado Pedro Laborda y que nada menos dio la vuelta al mundo once veces.

"-Nací en el Arrabal, en la calle del Rosario, el año 1877 -nos dice-. Mi madre, Ramona Gracia, y el que fue famoso cantador de jotas El Royo del Rabal, primos hermanos.

-¿Su primer oficio?
-De chico fui aprendiz de sombrerero. Más tarde, ya mozo, fui lacayo del arzobispo de Zaragoza, don Vicente Alda y Sancho, de Ateca. Con él estuve dos años y medio, hasta que me llamaron para hacer el servicio militar.
-¿Después?
-Camarero y ‘maitre’ de hotel, mi gran afición. He servido en los mejores hoteles de Europa, en los más famosos.
-Cítenos algunos.
En el Carlton y en el Ritz de Londres; en el Escriva de París; en la célebre Casa Maxim’s de la Rue Royal parisina: en el Hotel París de Oporto; en el Alfonso XIII de Tetuán…
-¿Y en España?
-En el Ritz y Palace de Madrid; el Londres de San Sebastián; en El Escorial… He sido camarero de primera clase en dos barcos ingleses y con ellos he dado once veces la vuelta al mundo.
-¿Once veces?
-Nueve con el ‘Orduña’ y dos con el ‘Orcoma’. Cuatro años entre los dos barcos.
-¿Punto de partida?
-Liverpool.
-¿Qué país le gusta más?
-España.
-Bien, ¿y después?
-Inglaterra.
-¿Dónde aprendió idiomas?
-Viajando.
-¿Cuántos sabe?
-Francés, inglés, italiano, portugués y catalán.
-¿Soltero?
-Me casé en Biarritz con una zamorana, hija de un belga que fue camarero de los marqueses de Santa Engracia.
-¿Tiene usted hijos?
-Cuatro hijas y un hijo. Una de ellas está casada en Londres.
-¿Conoció a muchos hombres famosos?
-A muchos.
-¿Quiere citar un botón de muestra?
-Yo le vi escribir a Leo Fall, noche por noche, la partitura de su famosísima opereta ‘La duquesa del Tabarin’.
-¿Dónde la escribió?
-En una mesa de Maxim’s de la rue Royal de París. Yo era ayudante de camarero entonces.
-¿Qué bebía Leo Fall mientras componía?
-Champaña.
-Cíteme otro hombre famoso que usted conociera.
-Serví a Miguel Fleta durante cuatro días en el ‘Orduña’. El famoso tenor tomó el barco en Valparaíso.
-¿De dónde venía?
-De Buenos Aires.
-¿Adónde se dirigía?
-Iba a cantar a Lima y dejó el barco en Callao. En su honor se organizó un baile a bordo. También serví a Alfonso XIII.
-¿Dónde?
-En Pamplona, cuando la conmemoración de lo de la Batalla de las Navas de Tolosa. La Diputación pidió al Hotel Londres de San Sebastián los dos mejores camareros, y me enviaron a mí. Dos días y medio serví la comida al que fue rey de España. También conocí a Sarasate.
-¿Sigue viviendo en el Arrabal?
-Allí nací, allí vivo y allí quisiera morir. Me tira mucho mi barrio.
-Puestas en una balanza tristezas y alegrías, ¿qué pesaría más?
-Las tristezas.
-¿A quiénes gusta más Zaragoza?
-A ingleses y franceses.
-De Zaragoza ¿qué es lo que más admira el turista extranjero?
-La Seo.
-Y de la Seo, ¿qué?
-El Altar Mayor.
-¿Después de la Seo?
-El Pilar.
-¿Y del Pilar?
-El joyero.
-Si volviera a nacer, ¿qué sería?
-Camarero, ‘maitre’ de hotel.
-¿Su máximo deseo?
-Continuar disfrutando de esta salud que Dios me ha dado, aunque sea sin tener una peseta, como ahora."

Fuente: Heraldo de Aragon

28 noviembre 2009

El zaragozano que fue espia y agente del FBI

-He vuelto a mi ciudad después de más de medio siglo de ausencia. Vivo a un tiro de piedra de donde nací. Mis padres eran unos humildes hortelanos con doce hijos. Y yo sentí un deseo abrasador por la cultura y me lancé a recorrer el mundo.

Creemos que don Florentín Lorén tiene mucho que contar. Nosotros sólo vamos a dejar constancia de la conversación que sostuvimos ayer, como consecuencia de una carta recibida con anterioridad en nuestro periódico. Sabemos que don Florentín, desde sus venerables ochenta años -y toda la experiencia del mundo sobre sus espaldas- comprenderá fácilmente nuestra postura. Desearíamos dejar cumplido testimonio de todas sus palabras, si tuviéramos espacio para ello. Merecería la pena. Pero el tiempo y el espacio son otras tantas tiranías que es necesario acatar. Don Florentín Lorén nos decía en su carta: ‘Desde mi juventud que tengo una deuda de conciencia con el Tesoro español, la que deseo pagar y no sé a quién mandar el dinero. Algunos países tienen un fondo especial de conciencia’.
Y más adelante añadía:
‘Empecé por ir a Francia, a Italia, a Inglaterra, a Alemania, a Estados Unidos. En Italia no pude hallar trabajo, se acabaron los recursos y el consulado español en Génova me dio once días de subsistencia y pasaje de cubierta en un carguero que se dirigía a Barcelona. Total, cuarenta pesetas. En agradecimiento quiero hacer un donativo al Tesoro español de diez mil (10.000) pesetas y no sé a dónde dirigirlo…’.
Era el séptimo hijo de una humilde familia de hortelanos zaragozanos. El séptimo entre doce. Y sintió la llamada de la cultura, hasta el extremo de visitar los países más avanzados y estudiar las obras maestras de la literatura y el arte.

-Fue a los dieciséis años -recuerda- cuando me entró esta afición por aprender.
Comenzó a estudiar francés, pagando tres pesetas por las clases. Más tarde, en Madrid, decidió familiarizarse con el inglés, pagando las clases con lo que ganaba por poner adoquines en la calle de Velázquez. La primera guerra mundial de 1914 le sorprendió en Inglaterra. Y dos años más tarde, en 1916, decidió embarcar para Estados Unidos, donde podría perfeccionar su inglés sin tantas preocupaciones.
-Mi primer trabajo en América fue en un hotel, como recepcionista. Pero los patrióticos discursos del presidente Wilson, cuyas palabras estaban cargadas siempre de sentimentalismo, me indujeron a alistarme en el Ejército estadounidense. También me impulsó a ello el cariño que sentía por Francia, por lo que me pareció que era bueno derrotar a los prusianos. Al poco tiempo de estar en el Ejército me ascendieron a sargento, en atención a que hablaba inglés, francés, italiano y un poco de alemán. Hice la guerra en una compañía de contraespionaje. Después, al finalizar la contienda, quisieron premiar mis méritos y me destinaron a la Conferencia de la Paz en París.
-¿Cuál fue su primer sueldo en Estados Unidos?
-Siete dólares. Pero nada más ingresar en el Ejército comencé a ganar un dólar diario.
Formó parte de un cuerpo especial creado por una ley del Congreso. Lo propusieron para oficial, pero dejó el Ejército sin llegar a beneficiarse de lo que había comenzado como excelente carrera militar. Recibió una carta del general en jefe. Una carta que actualmente posee un extraordinario valor histórico. Ya en la vida civil recibió la protección del coronel Moreno, un hombre de Kentucky, pese a su apellido español.
-El coronel Moreno consiguió mi ingreso en el F. B. I. como agente especial. Lo curioso del caso es que llegué a hacer el juramento en el Ministerio de Justicia sin ser ciudadano de los Estados Unidos. Se dieron cuenta tres meses después, y tuve que gestionar rápidamente la obtención de la ciudadanía americana.
Conoció y trató personalmente al actual director del F.B.I.
-Mister Hoover -señala don Florentín Lorén- era el taquígrafo de la oficina en los mismos años en que yo ejercía como agente especial.
Nuestro hombre dejó el F.B.I. cuando el departamento sufrió una crisis política. Luego, en el futuro, estaría ajeno a estas influencias.
-Cuando dejé el F. B. I. decidí investigar por mi cuenta todo cuanto sucedía en la Marina, donde los latrocinios eran frecuentes. La Marina estaba sin reglamentar. De manera que me fui a navegar. Creí lograr mis propósitos en uno o dos años y permanecí navegando por espacio de siete. Tuve ocasión de conocer todas las compañías marítimas y pude atar cabos y conseguir un informe completo. Cuando desembarqué, en 1936, ya se había formado una comisión para buscar soluciones al problema. Esta comisión la presidía un hombre prestigioso, que había sido embajador de los Estados Unidos en Londres: mister Joseph Kennedy, padre del que después llegarla a ser presidente del país, John F. Kennedy. De manera que me dirigí a él…
Don Florentín Lorén había ejercido todos los cargos imaginables en la Marina, desde vigilante a contramaestre.
-Mister Kennedy me recibió inmediatamente. Cuando le informé del resultado de mi investigación personal me miró con asombro. ‘¿Cómo es posible?’. A continuación ordenó que me instalaran en un despacho. Al poco tiempo le presenté un ‘repórter’ de treinta y ocho páginas. ‘Aquí está el mal’, comentó mister Kennedy. ‘Pero, ¿cuál es el remedio?’ Yo le confesé que podía darle el remedio, pero que no lo había hecho constar en el informe por no ofender a su persona. Me pidió un nuevo informe y se lo di. Sugerí la conveniencia de crear la Academia de la Marina Mercante, única solución viable para poner remedio a todos los males. Le entusiasmó la idea. Y la Academia de la Marina Mercante fue fundada y tuvo un gran éxito.
Don Florentín Lorén tiene el pensamiento puesto en New London, en la academia que Joseph Kennedy hizo realidad siguiendo la sugerencia de un súbdito estadounidense nacido en Zaragoza, hijo de unos humildes hortelanos.
-Cuando terminé mi trabajo desaparecí. Nunca pedí nada a mister Kennedy.
Nuestro hombre siguió adelante. En los últimos dieciséis años fundó una sociedad anónima encargada de comprar edificios antiguos para reformarlos.
-Hasta que me jubilé por razones de salud. En Estados Unidos, donde tan bien se portaron conmigo, he dejado cuatro hijos y nueve nietos. Y yo he vuelto a Zaragoza, a un tiro de piedra de donde nací…

Fuente: Heraldo de Aragon

21 noviembre 2009

La defensa de Dantes Creek

El galope del caballo delataba la rapidez con la que su jinete quería llegar a su destino, el pueblo de Dantes Creek. Desde que su comandante se lo había ordenado no había parado ni a comer ni beber. La batalla que se desarrollaba unas cuantas millas atrás estaba decantándose a favor de la caballería confederada al mando del General Wallace, los habían desbordado por completo haciendo que se retiraran sin orden ni concierto a los hombres del General Aaron Smith de la Unión. Los sanguinarios de Wallace como así llamaban a este batallón era uno de los peores a los que se habían enfrentado hasta la fecha, reclutados en tabernas de mala monta no tenían ética ni para ellos existía el código de honor, matando a todo aquello que se les ponía al alcance de sus rifles, sables y pistolas, no respetaban a mujeres ni a niños, saqueando todo aquello que se ponía a su alcance.

Cuando llegué a Dantes Creek y dije a sus ciudadanos que tenían que disponerse a evacuar o defender el pueblo de los sanguinarios de Wallace todos se echaron a temblar, pero todos al mismo tiempo se dispusieron a defender sus casas, les dije que no podían contar con muchos efectivos de la Unión ya que prácticamente habíamos sido diezmados en batalla, aun así me comprometí llegar al pueblo con 50 hombres para defenderlo hasta la muerte.
Volví a cabalgar al encuentro de nuestra caballería mientras dejaba preparando a los hombres del pueblo la defensa, que consistía en emplazar barricadas de primera línea haciendo así que tuvieran que saltarlas los confederados estando estos a nuestro merced para dispararles desde los tejados.
Cuando llegue al campamento donde se estaban rehaciendo nuestros hombres, en sus ojos vi desesperación, tristeza y abatimiento. El General Smith ya me estaba esperando en su puesto de mando, con dos breves frases le puse al corriente pidiéndole a continuación a 50 de mis compañeros de armas para ayudar a las pobres gentes que habían decidido quedarse para defender lo suyo, sin dudarlo dijo que si y me puso al mando.



Me dirigí a las tiendas donde descansaban los soldados y pedí 49 voluntarios para una lucha de la cual seguramente no regresaríamos con vida, al instante 100 manos alzaron las manos dispuestos para la lucha, teniendo que verme en la obligación de elegir, algo que yo no quería pero que imaginaba. Cogimos lo imprescindible y marchamos durante todo el día para ayudar a las buenas gentes de Dantes Creek.
Cuando llegamos nos recibieron con aplausos y vítores, sus caras sin embargo mostraban desesperación y miedo, aunque mucha determinación. Descabalgamos y nos preparamos para lo que nos vendría a continuación. A lo lejos ya veíamos la polvareda que levantaban los cascos de los sanguinarios de Wallace, no quedarían mas de dos horas antes de que se abalanzaran contra nosotros, estábamos prestos a defender el honor de aquella pobre gente que ninguna culpa tenia de la guerra que habíamos iniciado. A Frank le mande a lo alto de la Iglesia es nuestro mejor tirador, a los demás los dispuse para intentar coger a los de Wallace en un fuego cruzado y que su primera oleada tuviera que retirarse con el mayor numero posible de bajas, solo así tendríamos alguna posibilidad de salir con vida de aquella situación. La suerte que teníamos era que no podían atacarnos por la espalda ya que el pueblo se hallaba situado con una montaña detrás con lo que solo podían atacar por delante. De repente escuchamos un gran estruendo de cascos de caballos y una corneta, los de Wallace se disponían a asaltarnos con todo, se veía que no querían perder mucho tiempo.



Empecé a dar ordenes y a dar tranquilidad “no disparéis aun, esperar a mi señal” repetía una y otra ve incansable, monte a caballo desenfunde el sable y recorrí nuestras defensas de arriba abajo para dar tranquilidad, en el mismo momento que me divisaron empezó una descarga de fusilería para abatirme. “No tireis aun, esperar a mi señal” repetía una y otra vez incansable. Ellos venían cabalgando, gritando y disparando, cuando los tuvimos a 100 metros mande la primera descarga, algo que los sorprendió cayendo al suelo los primeros jinetes, se acercaban deprisa y al galope lo que supuso que en un santiamén se pusieron a la altura de nuestra barricada saltando por encima de ella, al primero de los jinetes lo traspase con mi sable, el segundo me desmonto de un golpe, no matándome de milagro. Me levante pegándole un tiro a bocajarro destrozándole la cara, cuando la mayoría de los jinetes estuvieron en mitad de la plaza, ordene disparar a discreción, causándoles gran multitud de bajas, en sus caras se mezclaba estupor y desesperación a la vez al encontrarse con una situación que a ellos les era desconocida hasta entonces, nosotros también sufrimos varias bajas, menos de las que yo esperaba a decir verdad. Giraron retirándose, volviendo por el camino que habían llegado. Aun resonaban los últimos disparos cuando volvieron de nuevo a la carga, esta vez tirandonos dinamita causándonos demasiadas bajas para mi gusto. Mande retirarnos hasta la segunda línea de defensa para ofrecer mayor resistencia, a los combatientes que tenia dentro de las casas les mande a los tejados para que se vieran menos expuestos por si tiraban mas dinamita.

Les dejamos entrar libremente hasta el mismo centro de la ciudad, nosotros nos encontrábamos tendidos por los tejados y rincones de las calles esperando que se relajaran para así jugar mejor nuestras bazas. Desde mi posición veía como se miraban unos a otros preguntándose donde demonios estaríamos;” ¿habrán huido? decían,¡ no puede ser! contestaban otros,¿ por donde si hace un momento estaban aquí?”. En el momento que mas relajados estaban di la orden de disparar a discreción, las balas les empezaron a llover desde todas direcciones, los jinetes empezaron a caer con caras de estupor, respondiendo al fuego sin saber hacia donde o hacia quien disparaban, su única solución paso por tirar cartuchos de dinamita hacia las casas y así consiguieron frenar la granizada de balas por parte de los defensores del pueblo. Yo por mi parte mandaba disparar una y otra vez hacia los jinetes, para que así no decayera la defensa. Desmontaron buscando protección entre las casas dando comienzo a una lucha casa por casa y calle por calle, cuando peor estábamos ya que cargaba el resto de la caballería que se encontraba en campo abierto y sabiendo que aquel era nuestro fin, oímos a lo lejos un toque de corneta esperanzador, no eran otros que nuestros compañeros de armas acudiendo en nuestra ayuda, cargando contra lo que quedaba de los sanguinarios de Wallace. Al acabar la jornada de los doscientos hombres que habíamos empezado defendiendo el pueblo quedábamos setenta y cinco entre los habitantes y los militares que habían acudido en su ayuda. Desde entonces salimos en los libros de enseñanza militar; “La defensa del pueblo de Dantes Creek”.

FIN
José Manuel Angulo
Zaragoza

20 noviembre 2009

Secuestro y rescate


Pero que cojon..... pasa y perdonen por mi expresion inadecuada, ahora despues de todo el ruido que han metido las familias vascas para lograr el rescate de sus seres queridos emiten un comunicado amenazando con una demanda al gobierno si emiten imagenes de sus maridos. No vamos a entrar en que si se ha gestionado bien o mal el asunto del secuestro, lo que si se es que han conseguido traer con parte de nuestro dinero; si el de todos los ciudadanos a estos señores cosa la cual me parece bien porque mas vale la vida de 36 personas a todo el dinero del mundo. Toda España hemos seguido con interes y preocupacion el secuestro del Alakrana e incluso salvando a los de siempre apoyabamos al gobierno pero conviene matizar alguna cosa; una de ellas es la de no olvidar que una de las fragatas españolas aviso reiteradas veces que se salian de la zona de seguridad y otra que el armador el año pasado facturo 30 millones de € segun lei ayer.
Segun mi opinion en este pais nos preocupamos mas de cosas del estilo soy del pais tal o cual puers señores yo soy habitante del mundo nacido en Aragon mas concretamente en Zaragoza y para mucha honra español, y si alguna vez me viera envuelto en una situacion como esta lo que no haria es pedir a toro pasado cosas como han pedido los familiares vascos del citado atunero, bastante contento estaria de tener de vuelta a mis seres queridos, maxime cuando lo han necesitado bien que han corrido a las diferentes teles a pedir, por favor que hay que tener un poquito mas de verguenza y ser consecuentes con lo que se dice, de ahi mi indignacion buenas noches.

11 noviembre 2009

Concurso




Un dia recibi la invitacion de una amiga blogera Mª Jesus Almendro para presentarme a un concurso de cuentos de Navidad de la  editorial fragua del trovador, los que van por la quinta edicion. Pues bien lo escribi como dictaban las bases del concurso y lo mande segun lo acordado, posteriormente me olvide de el.


La sorpresa ha sido cuando el pasado lunes me llamaron de la citada editorial para decirme que mi cuento se hallaba seleccionado y que seria publicado lo cual me lleno de orgullo y alegria. La recaudacion de este libro va destinada a un colegio publico de aqui de Zaragoza Colegio Publico Rincon de Goya.


Este breve post es par intentar deciros que cuando uno quiere puede, tambien para felicitar desde aqui a Mª Jesus que me anima y apoya siempre y que gracias a ella sea publicado este primer cuento corto.
Sed Felices y besos

02 noviembre 2009

Halloween

Bueno pues ya hemos pasado los difuntos, que ahora como nos hemos americanizado lo llamamos Hallowen y nos disfrazamos y repartimos caramelos, el primero yo ya que asi mi hijo disfruta viendome y la verdad a mi no me importa mucho, ya que prefiero disfrazarme y dar caramelos a los chicos que no ir a rezar al cementerio.


Asi que como  hicimos el año pasdo en el cole de Alvaro nos volvimos a disfarzar y dimos caramelos a grandes y pequeños y la verdad es que lo pasamos muy bien


Al año que viene volveremos a disfrazarnos disfrutando de lo lindo, espero