13 marzo 2010

Venganza

Sé que la violencia no lleva a ninguna parte, este micro relato lo realice anta la indignación de leer una noticia de este tipo, todo él es fruto de imaginación.

Siempre perseguido por mi condición sexual, y eso que vivía en un país democrático lo único que mi condición seguía siendo perseguida por gente intransigente y sin ningún escrúpulo a la hora de criticarnos, cuando ellos mismos eran los primeros que buscaban chicos jóvenes en las oscuras calles de Madrid, pero eso no era vicio eso era una enfermedad y lo nuestro si, éramos unos viciosos que no teníamos derecho a nada. Políticos, jueces, abogados de acción cristiana todos ellos nos perseguían con odio.
Mi desgracia comenzó una noche de verano de las más calurosas, paseaba con mi novio por las calles de Madrid cuando fuimos atacados por un grupo de neonazis cabrones con bates de beisbol. A mí me dejaron ensangrentado, mi novio corrió peor suerte, le dieron tal golpe en la cabeza que murió en el instante. En el acta policial se dijo que había sido una “reyerta entre condiciones diferentes”, nunca pudieron encontrar a los asesinos de Pablo o no quisieron encontrarlos, lo que no sabían ellos era que aunque homosexual yo había sido uno de los mejores espías del país ahora retirado a mis cuarenta y nueve años, pero con todas mis condiciones físicas impecables. Comencé a investigar por mi cuenta empezando por infiltrarme en grupos neonazis diciendo y creándome una identidad falsa de nazi, la cual no tenía fisuras confeccionada por uno de los mejores falsificadores de Europa. Con ello conseguí descubrir a uno de los causantes de mi catástrofe. Un chico joven de baja estofa sin recursos económicos y con problemas en casa, fácil de convencer para estos grupos; Su error haberme atacado.
Lo cogí a la salida de uno de los locales que frecuentaba, le metí tal ostia que no le dio tiempo a reaccionar, seguidamente lo introduje en la furgoneta y me lo lleve de allí rápidamente antes que nadie nos viera. Tenía preparado un piso a las afueras de la ciudad insonorizado para lo que iba a ocurrir a continuación.
Lo senté, ate y amordace, le metí otro bofetón, sus ojos se abrieron de par en par con un horror inaudito, no se esperaba la violencia con la que era atacado, el que estaba acostumbrado a infligirla y no a recibirla.
Con voz pausada le explique lo que le ocurriría sino colaboraba conmigo, le señale herramientas que tenía en una mesa auxiliar y lo que pensaba hacer si sus repuestas no me eran satisfactorias, igualmente le señale que podía chillar y pedir socorro cuanto quisiera que no le oiría nadie, ni nadie acudiría en su defensa. Me pregunto que porque le hacía esto si no me había causado ningún daño, ¿ninguno? le respondí y le hice recordar los sucesos que ocurrieron hacia ya dos años en cierta calle de Madrid y de cómo nos habían dejado tirados a mi pareja y a mí. No soporta ni a la primera fase de la tortura, me conto donde podía encontrar a todos los miembros de la paliza, lugares que frecuentaban y direcciones de donde Vivian. ¿Ahora me soltaras?, pregunto el ingenuo. Le explique que lo que veía encima de la mesa y que llevaba un rato con un contador en marcha no era otra cosa que una bomba con temporizador y que lo sentía mucho pero que no iba a tener piedad de una mierda como él. A continuación lo volví a amordazar me di la vuelta y me fui, se quedo pataleando, llorando y con los ojos extraviados mirando a la mesa. Salí de la casa y llame a la policía explicándoles y dándoles la dirección de donde podrían encontrar a un criminal.
Esta fue la primera fase de mi plan…..La siguiente cargarme a todo el grupo.

José Manuel Angulo García
Zaragoza a 13 de marzo de 2010

1 comentario:

Zayi Hernández dijo...

Dicen que la venganza es mala... a mi me pareció sensata... quien a hierro mata no puede morir a sombrerazos.
Un besito.